lunes, 31 de mayo de 2010

Heroína

Comenzó viendo todo profundamente más claro, como si una niebla que vedara la realidad desapareciera de repente. Primero se resistió a perder la conciencia, pero el sopor iba ganando terreno en su mente y sintió que los músculos se relajaban por completo.
Su imaginación navegaba en aguas oscuras bajo un cielo encapotado y negro, sentía la brisa en el rostro, que junto al vaivén del oleaje la sumían aún más en un letargo de ensueños.
Vislumbró unos rayos de plata que se filtraban a través de una grieta entre las nubes. Sintió paz.
Le pesaban los parpados y no se resistió más al embate del químico que circulaba por su cuerpo. Se dejó arrastrar por ese torrente de placer exótico.
Ni siquiera notó las manos que hurgaban suaves pero firmes en su espesura de mujer.
Estaba completa y literalmente fuera de si.
Contrariamente a lo que podría pensarse no había terrores ni monstruos en su falso sueño y me animo a creer que se debía a la pureza de su alma.
Liberada, así se sentía, recostada en la hierba fresca de un prado primaveral, cubierto de flores bajo la bóveda de un cielo inmenso, descomunal y de un azul infinito.
Descubrió una voz que le susurraba, que le hablaba con tono de arrullo. Sonrió y se estremeció sin notar la humedad en su entrepierna.
Y dejó de resistirse.
Saboreaba los colores a medida que descendía al abismo de su inconciencia.
– Tranquila – dijo la voz que provenía de todos lados, de ningún lado.
“De mi interior” pensó. Y sonrió feliz, antes de quedar profundamente dormida.
No hubo complicaciones.
Finalmente la anestesia había hecho efecto.
La cesárea duro lo habitual y dio a luz un hermoso varón.
Fue un acto sublime. Heroico.
Esa noche, ella fue una heroína.

FIN

HERNÁN CERONI
28/05/2010

viernes, 28 de mayo de 2010

Amor Efímero

La acarició y sintió el clímax.
Acabó.

Mitos Bíblicos III

Cuando Jesús crucificado pidió agua, a uno de los soldados se le iluminó el rostro. Inmediatamente mando buscar una esponja, mientras su compañero de armas lo miraba extrañado. Tomó su lanza e hirió a la víctima en un costado del torso.

Cuando el esclavo llegó con la esponja, el soldado, la colocó cuidadosamente en la punta de su alabarda, y contrariamente a lo que se cuenta, no la embebió en vinagre, ni siquiera la acercó a la boca del Mesías, sino que la utilizó para impregnarla de la sangre que salía a borbotones por la herida abierta, para luego llevársela a sus propios labios.

Su camarada lo indagó con la mirada.

Este hombre sangra vino – dijo – ¿Recuerdas lo que contó Judas? –

¿Qué?.... jajaja! Noooo!!!! –

¿No recuerdas? “tomad y bebed, esta es mi sangre”. –

Sí, recuerdo, pero era solo una metáfora. –

viernes, 21 de mayo de 2010

El Infierno Cíclico

No sé, quizas, esta idea alguien ya la haya pensado y llevado a la practica, (o al papel), pero como no fui yo, y como jamas lei un cuento parecido, me felicito a mi mismo por haberla tenido. Incluso, cuando terminé de escribirlo, (en el colectivo, donde iba a ser sino), me puse muy contento, me alegre mucho, porque repito, para mi, la idea es brillante, lastima que haya sido yo quien la redactó, pero la idea en si, me parece estupenda.
Espero que les guste-




Desperté intensamente asustado, sudando, pero convencido.
La frase para describir lo que me pasó esa noche es “Vi la luz”.
Estaba en mi cama, sentado y aterrado, pero perplejo, fue una pesadilla reveladora. Ahora sabía la verdad.
¿Vieron la película Matriz? Pues bien, es solo una película, por lo tanto es ficción. Este mundo no es un sueño creado por maquinas, porque ni siquiera existe. No es, no está, “no tiene entidad”, diría algún dictador loco.
Recuerdo haberme aferrado a la almohada, necesitaba sentirla en mi mano, miré alrededor la habitación en sombras, desordenada, agucé el oído y escuché un tren a lo lejos, necesitaba imperiosamente sentir la realidad.
Me senté en la cama y apoyé los pies en el suelo con extremo cuidado, estaba casi seguro que se desmoronaría al menor contacto.
Fui en busca de un vaso de agua, pero no alcanzó, la sensación de irrealidad seguía ahí.
Creí que aún estaba soñando, que el haber despertado era parte del sueño y estúpidamente me pellizqué, 2, 3 veces, cada vez con mayor fuerza, hasta que vi correr por mi brazo una gota de sangre. La miré incrédulo, pensando porqué no despertaba, la tomé con el dedo meñique y me la llevé a los labios, y al sentir su sabor supe que estaba despierto.
Me asombré y fruncí el ceño, porque aún estando despierto, sabía que no estaba en la realidad, y empecé a comprender que el sueño que había tenido, tampoco había sido un sueño, ni siquiera una visión.
Lo entendí y me asusté, el sueño no era un sueño, y la realidad no era realidad. El mundo no existía.
Estaba el Cielo, estaba el Infierno, pero no había Dios, ni había Ángeles, no había Demonios.
Era no ser. No estar.
Volví tambaleándome a la cama. Asustado y nervioso estrellé el despertador en la pared, ya no lo necesitaría, ¿para que levantarme temprano para ir al trabajo cuando no existe ni el trabajo, ni el reloj, ni yo, ni nada?
Abrí el grifo de agua fría en la bañera y escuché absorto todo el tiempo que tardó en llenarse. Me sentí un tonto mientras me desnudaba, no entendía porque mis manos seguían teniendo la sensación del tacto, cuando en verdad ni la ropa ni la bañera estaban ahí.
Me sumergí en el agua dejando solo la cabeza afuera, intentando atrapar en mi memoria la sensación del frío y la humedad.
Hice un esfuerzo y puse la mente en blanco imaginando que eso era la realidad, la nada, pero una voz en mi interior se rió de mi.
“Eso no es la nada” dijo socarrona “eso es blanco”.
Me di por vencido, no se puede imaginar la nada.
¿Qué me quedaba por hacer?, ahora sabía la verdad y no me servía.
¿Contarla? ¿A quien y para que?
Me imaginé sentado con camisa de fuerza, frente a un psiquiatra, en una habitación cerrada con paredes acolchonadas, el médico teniendo este escrito delante de si, con la cabeza levemente inclinada y mirándome por encima de sus gafas montadas sobre su nariz, y yo intentando explicarle que lo que tenía en sus manos no existía, al igual que él, la camisa de fuerza y las gafas.
Esta idea me hizo reír con carcajadas sonoras que retumbaron en el baño. El sonido me tranquilizó.
Me levanté y completamente desnudo salí al balcón. El frío de la noche me hizo tiritar, pero no me preocupé porque sabía la verdad. Me quedé quieto, contemplando las luces de la ciudad a lo lejos. La calle doce pisos mas abajo estaba desierta y en silencio. No solo no había nadie, yo sabía que no había NADA.
Reflexioné una vez más.
“La tierra y la realidad no existen, está el cielo y el infierno, pero no hay Dios ni Diablo, todo el mundo a mi alrededor, todo este mundo que no tiene entidad, está en el Cielo, tan solo porque no lo sabe”.
Sonriendo lo supe, “Yo estoy en el infierno”, respiré profundo y pensé: “La ignorancia es felicidad”, y me arrojé al vacío.
En el preciso instante en que mi cuerpo inmaterial e inexistente se destrozaba en el pavimento irreal, y yo perdía la conciencia y la vida que nunca tuve, en ese momento, un espermatozoide fecundaba el ovulo de mi madre.


FIN

HERNÁN CERONI
21/05/2010

Reencarnación - De Generación en degeneración

Mi madre me bautizó Encarnación, en honor de mi abuela, que la llamó a ella de la misma manera, y lo hizo en honor de su abuela, que a su vez se llamó….
Ad Infinitum.
Mi Hija, se llamaba igual que yo.
Mi nieta se llama Angélica.

jueves, 20 de mayo de 2010

Mi Primera Debilidad

No está tan bueno, incluso creo que puede mejorarse, y mucho, ademas es una idea trillada, pero no me importa.

El colectivo es un buen lugar para escribir. Me tocó sentarme junto a una hermosa rubia, y aqui esta el resultado.




La conocí cuando era adolescente. Primero no me gustó, me pareció un poco soberbia, como quien sabe y conoce su belleza y se agranda por eso, como si mirara al resto desde la altura de un pedestal.

Así y todo, por esas cosas del destino la seguí frecuentando, nos vimos varias veces, muchas veces, por eso de “Los amigos de mis amigos, son mis amigos”.

Nos fuimos conociendo de a poco, y un buen día me di cuenta que me gustaba, y que cada día me atraía mas. No soy de fijarme en el aspecto físico, pero su cuerpo era realmente admirable.

Muy a mi pesar, nos hicimos amigos, casi confidentes, aunque yo siempre esperaba algo mas, pero sin atreverme a insinuarlo.

Ella salía con todos mis amigos, lo que me reventaba de celos, y por supuesto cuando salíamos todos, también estaba conmigo, pero yo la quería solo para mí. Siempre fui muy posesivo.

Así, cada tanto nos escabullíamos y nos encontrábamos a solas en algún barsucho de mala muerte, siempre procuré que fueran sucuchos escondidos, donde ninguna mirada indiscreta pudiera vernos, porque sabía que acarrearía las burlas de todos.

En una de esas ocasiones fue que noté como me había enamorado de sus curvas, de su suavidad y armonía. No era ya solo cuestión de estar con ella, tenía la imperiosa necesidad de beber su néctar, de embriagarme con su aroma, de tenerla siempre conmigo.

La citaba cada vez mas seguido, y ella, al notarlo volvió a su altanería, a su pedestal, sabía que me tenía atrapado, por lo que dejé de serle interesante, y aún así acudía a mis citas, sabía que debía seguir manteniéndome cautivo.

Ya no me hablaba, eran monólogos míos, a medida que avanzaba la noche, entre copa y copa, y yo no paraba de hablar, notaba como su sonrisa se esfumaba.

Pasaron los años y nos seguimos viendo, es cierto que a medida que crecí noté que ya no era tan dependiente de ella, pero la necesidad de tenerla seguía ahí, latente.

Me hice hombre y aunque mas esporádicamente, la seguí citando, y ella, acudiendo.

Noté inmediatamente como yo había cambiado, había envejecido, pero ella, por alguna extraña razón, seguía inmaculada, radiante, seguía siendo la misma, como si el tiempo no pasara.

Ya no me preocupó saber que cada día tenía más “amigos”, que andaba entre los hombres, incluso entre las mujeres, como cuando yo la conocí. Pero los años hicieron que yo perdiera el interés, ya no tuve necesidad de verla, ni de tocarla.

Cada tanto la cruzaba en la calle, en algún negocio, incluso llegué a verla en carteles, por lo que me figuré que se había hecho famosa a costa de engatusar a alguno mas.

La vi otra vez, en brazos de otro, y me felicité de haberme librado de ella a tiempo, antes de haber perdido todo.

Pienso que los años refinaron mi gusto, e incluso lo moderaron.

Hoy soy feliz, me libré de la enfermedad de los celos, que presupone egoísmo.

Hoy ya no bebo cerveza, y si compro un buen vino, lo comparto con amigos.

FIN

HERNÁN CERONI

18/05/2010

Ademas no me gusta el titulo, pero el que primero se me ocurrio, me parecio demasiado obvio, iba a llamarse "ESA RUBIA DEBILIDAD".
Pero por favor, diganme, ¿en que parte adivinaron el final?

lunes, 17 de mayo de 2010

El Peso De La Responsabilidad

Todos los días lo mismo. Estoy harto de cargar con todo este peso sobre mis hombros, se hace insoportable. Es verdad que a veces se aligera, que no siempre es igual, sin embargo ya no lo soporto.
Yendo y viniendo siempre con toda la responsabilidad a mis espaldas.
El estudio, el trabajo... es agobiante.
Solo hay una cosa que puedo hacer, es drástico, lo sé, y quizás no sea la decisión mas acertada, pero... ¿que puedo hacer? Mis hombros ya no lo soportan.
Sí, está decidido.
Tiraré la mochila y compraré un portafolio.

Mitos Biblicos II

-- Pero....Querido... --
-- Calla mujer, calla --
-- Amor, eso... --
-- ¡¡Que calles mujer!! ¿Acaso crees que no se lo que hago? --
La mujer puso los ojos en blanco y lo dejo hacer.
Pasaron dias y el hombre se ponía cada vez mas contento.
"Lo sabía, lo sabía" se decía a si mismo, pero esto no le bastaba, asi que dirigiéndose a la cocina fue en busca de su mujer.
-- Te lo dije mujer, la tierra está cerca, ya no navegaremos mas, quizas podamos encontrar leña y hacer un fuego que nos ayude a pasar el invierno. --
La mujer lo miró de soslayo, y con un leve brillo en los ojos, preguntó :
-- ¿Como sabes que la tierra está cerca? --
-- ¿Que como lo sé?, ¿que como lo sé?, ja ja ja ja, el ave no ha vuelto, corazón, y eso es porque encontró tierra donde anidar y donde abastecerse de alimento. --
-- Noé, querido, intenté decírtelo, el ave que soltaste no volverá, porque fue en busca de la primavera, lo que soltaste era una golondrina!! --

Mitos Biblicos I

"Padre, perdónalos, no saben lo que hacen"
Esta frase no fue pronunciada en la crucifixión como todo el mundo cree, sino que siguió inmediatamente después a una caída de granizo provocada por otra frase famosa:
"El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra".

viernes, 14 de mayo de 2010

La Verdad Sobre El Origen

-- Ouch!, eso dolió --
-- Lo sé hijo, lo sé, pero ya te lo he dicho, no es bueno que el hombre esté solo! --
-- Sí, pero.. ¿una costilla? --
-- ¿Acaso la hubieses preferido de barro? --
-- No, padre, está bien, me la aguanto...pero...dime...¿y yo, de donde salí entonces? --
-- No todos soportan el dolor, algunos se rebelan ante él -- Dijo el Padre con un gesto de resignación y la mirada perdida en el abismo de fuego a sus pies.

Y yo ahora que sé la verdad, me explico muchas cosas.